Algunas situaciones requieren soluciones efectivas. Ciertas áreas cuentan con materiales inflamables, mientras que, en los quirófanos, resulta fundamental proteger a las personas de las descargas electrostáticas. Por todo ello se hace imprescindible la instalación de este tipo de superficies.
Todos en algún momento hemos sentido un ligero chisporroteo o descargas más intensas, dependiendo de la situación y de los factores o condicionantes presentes. La electricidad estática nos rodea y se transmite a través de la ropa o incluso de los zapatos. Su intensidad varía entre las personas y los objetos y algunos voltajes que, simplemente pueden ser dañinos para la salud.
Sin embargo, estos pavimentos no solo resultan necesarios en lo que se refiere al factor humano sino en la protección de equipos o elementos. Nos referimos básicamente a circuitos integrados, transistores bipolares o chips, elementos que pueden ser dañados fácilmente cuando el suelo no es el adecuado.
Además, los efectos en la industria pueden ser múltiples. La transferencia de cargas puede acarrear daños muy serios al provocar sonidos, luz, calor, explosiones o incendios. Así, los sistemas de comunicación pueden dañarse y los ordenadores pueden dejar de funcionar.
Por esa razón, hay que controlar y prevenir los límites del voltaje que pueden dañar a personas y equipos informáticos y tecnológicos. Las industrias que son susceptibles de electricidad estática deben contar con la protección adecuada y estos pavimentos son una de las soluciones a incluir.