Todo pavimento asfáltico es aquel tipo de superficie que tiene como componente principal una solución asfáltica combinada con otra sustancia como, por ejemplo, la grava.
Aunque no sería la única variación porque se pueden hallar en el mercado actual unas cuantas opciones.
Para comenzar, se puede decir que el asfalto proviene de un derivado del petróleo, la brea. Esta sustancia viscosa y muy pegajosa se mezcla con otros componentes (arena o grava) y el asfalto caliente, creando los pavimentos asfálticos.
Esta opción de suelos abarca una gran variedad de usos, entre los cuales podríamos destacar los siguientes:
Normalmente, los problemas que se producen en antiguos pavimentos causados por ondulaciones, baches y otros pueden aparecer por diferentes motivos. Probablemente, las patologías habituales en los suelos asfálticos se deben a un proyecto desacertado basado en las mezclas asfálticas.
Así, puede ser debido a diferentes causas, tales como; la implantación de un pavimento inadecuado para el tráfico actual, una compactación inadecuada o a un cúmulo de ambos.
Sigue leyendo y descubre los diferentes tipos de averías que existen.
Existen diversos métodos y materiales para tratar de solucionar y corregir las principales averías en los suelos tipo asfalto. Incluso es posible utilizar estos procedimientos por separado o en conjunto.
Sea como sea, los más importantes son los siguientes:
Un exceso de asfalto puede ser el origen de la aparición de las ondulaciones superficiales. En consecuencia, las mezclas utilizadas contenían abundantes agregados, lo que potencia la formación de estas ondulaciones formadas en la superficie.
Puede ocurrir todo lo contrario, es decir, que la cantidad de asfalto en la mezcla resulte insuficiente. El resultado es un agrietamiento e incluso puede suceder que la capa superficial se desintegre.
La mezcla utilizada puede resultar quebradiza o puede que la estructura del pavimento sea demasiado rígida. Es posible que llegue a derivarse en un agrietamiento por fatiga. De ese modo, cuando el contenido del asfalto resulta insuficiente o cuando se ha endurecido demasiado, el pavimento se vuelve quebradizo.
Otro de los problemas más usuales que se producen en la estructura del pavimento está ampliamente relacionado con el agua. Como resultado de un mal drenaje, éste puede ser el causante de una avería en los pavimentos asfálticos, porque su acción puede dañar la resistencia de la cimentación.
Cada uno de estos tratamientos se utiliza según la avería, siendo recomendable barrer o limpiar la superficie que va a ser reparada. Por consiguiente, es muy importante eliminar el agua existente y, en los casos de orificios y grietas, se recomienda acondicionar el área en cuestión. Para terminar, llevando a cabo un apisonado efectivo en caso de ser necesario.
El riego negro se lleva a cabo en superficies de rodadura que tienen una impermeabilidad pobre o que están envejecidas. Por consiguiente, se puede realizar en solitario, o bien con gravilla o arena. De esta forma, este sistema acabará con parte de estos deterioros, rejuveneciendo el área en cuestión.
Sin embargo, cuando el asfalto tenga que ser impermeabilizado y necesite mejorar su adherencia, se puede utilizar el sellado con lechada asfáltica. Además, cabe la posibilidad de, hacer un tratamiento múltiple, todo depende del tipo de avería y las necesidades requeridas.
Para arreglar los baches de cualquier superficie, ya sea una carretera o un camino, hay que rellenar los mismos con una mezcla especial. Es más, este tipo de mezcla puede ser en caliente o en frío.
Las mezclas en caliente cuentan con una composición concreta. Ciertamente, se trata de áridos combinados con betún asfáltico de uso inmediato. A continuación, respecto a las mezclas en frío, los áridos se mezclan con asfalto líquido y se pueden utilizar inmediatamente o bien dejarlas para un uso futuro. En este caso, los áridos se mezclan con asfaltos de curado medio o lento para proceder a su almacenamiento en cisternas.